Título: “La
Estructura Satelital de la Naturaleza y
del Hombre”
Fragmento: Segundo
Capítulo.
Autor: Luis
Ezcurra Puell
II
La
Estructura Satelital en los cuerpos animados
2.1- En la célula
de la materia viviente.
Grande fue mi asombro al verificar que
la propiedad universal de la estructura satelital de la materia cósmica y
microcósmica se halla impresa con caracteres indelebles de principio a fin en
la materia viviente. El concepto que se tiene de un ser vivo, como el “conjunto de átomos y moléculas que forman
una estructura material muy organizada y compleja que cumple con las funciones
básicas de la vida que son la nutrición, la relación y la reproducción”,
nos permite tener una idea preconcebida de su estructura satelital y, si a esto
se agrega el conocimiento de la composición química del material viviente
estimada en un 95% de los bioelementos, podemos estar seguro de dicha idea, ya
que de la combinación de los bioelementos van a surgir las moléculas orgánicas
o principios inmediatos y los ácidos nucleicos. De este material va a surgir la
vida y por el hecho de que se repite en todos los seres vivientes se puede
afirmar que el origen es común a todos ellos.
La
generación de vida es un proceso dialéctico de integración satelital que va de
lo elemental y compuesto hasta la organización compleja y complicada: En un
primer momento se tiene a los átomos de los bioelementos Carbono, Hidrógeno,
Oxígeno y Nitrógeno, combinándose entre sí para dar origen a las moléculas
orgánicas y a los ácidos nucleicos, que son sustancias de mayor rango; luego,
viene el ADN unido a una proteína para constituir una célula organizada en un
cromosoma circular dentro de un área que se conoce como nucleoide
(Procariotas). El ADN evoluciona en una estructura lineal conocida como
cromosoma eucariotino (Proteínas básicas asociadas al ADN). Los cromosomas
están contenidos en el núcleo y las organelas y ribosomas en el citoplasma: Se
trata de la Célula de los eucariotas u organismos multicelulares, de nivel
superior a los anteriores. Pero la integración continúa: Las células dan origen
a los tejidos. Los tejidos a los órganos y los órganos a los aparatos y
sistemas. “La vida se estructura en
niveles jerárquicos de organización, donde cada uno se basa en el nivel previo
y constituye el fundamento del siguiente nivel”. En la vida la materia es
continua, como ha afirmado Darwin. En la Fig. 4 podemos observar los rasgos más
importantes de la estructura satelital de la célula eucariota.
El modelo de cómo se originan los
seres animados es semejante al de los inanimados y se distingue como un proceso
dialéctico de integración y desintegración de los elementos y la perpetuación
de los mismos de acuerdo a leyes sui generis, como es el caso de la ley de
conservación de la masa y la ley de conservación de las especies. Cada elemento
constitutivo es portador de átomos con estructura satelital y naturaleza
electromagnética que se trasmiten a través de la herencia y
Fig. 4
La estructura satelital de los
Eucariotas
trasmite al cuerpo constituido las mismas
características de las que son poseedores. Por esta vía se llega al aserto de que
todos los cuerpos animados son de
naturaleza electromagnética.
2.2.-
En el Hombre.
La idea de la presencia eléctrica en
los seres vivos nace con los chinos a través de la figura del Chi como
principio vital o “latido de todas las cosas”, el mismo que Franz Mesmer dijo
haber descubierto en el año 1774. Este científico alemán creía haber encontrado
el “secreto del magnetismo” al curar con imanes algunas enfermedades tratadas
de la época y evaluadas por una Comisión Real
nombrada por Luis XVI. La Comisión, que estuvo integrada entre otros por
Franklin y Lavoisier, evacua un informe en el que afirma que las curaciones de
Mesmer fueron evidentes pero no se encontró ningún fluido magnético.
Fig. 5
Aspecto de una curación de Mesmer
Ahora estamos en condiciones de
afirmar que la llamada “Energía Vital” o “Energía Sutil” no es otra cosa que la
frecuencia neuroeléctrica natural que el cuerpo produce o absorbe para
facilitar el óptimo funcionamiento de las células. En atención que es el
sistema nervioso el que regula el movimiento de los músculos, la Universidad de
Berkeley está trabajando en el departamento de prácticas de natación con
corrientes que se suministran a los nadadores
para optimizar sus movimientos, obteniendo muy buenos resultados. De lo
cual se desprende que “el sistema
nervioso regula todos los movimientos musculares mediante neuronas las cuales
conducen la información de una ubicación a otra, mediante impulsos eléctricos.
La transmisión genera campos eléctricos – y puesto que las corrientes
eléctricas siempre crean campos magnéticos, el sistema nervioso es también una
fuente de alguno de los campos biomagnéticos presentes dentro y alrededor del
organismo”. La naturaleza electromagnética de los órganos de los cuerpos se
manifiesta en Medicina Humana por medio de los llamados “Electrogramas”, como
el “Encefalograma”. El hombre, desde un punto de vista físico, puede ser
definido como una máquina de combustión
interna que se halla conformada por un conglomerado complejo de unidades
satelitales que se corresponden con los elementos organógenos y otros, y usa
como combustible el alimento que no es otra cosa que una sustancia producida
por otros organismos. El alimento le proporciona a la materia viviente la
energía – expresada en calorías gramo -
que necesita para mantenerse con vida. Si no hay alimentación el
organismo deja de latir.
Fig. 6
Electromagnetismo humano
La
estructuración satelital en los Eucariotas como el Hombre.
Los organismos
pluricelulares como el hombre son el producto de la capacidad que tienen las
células de reproducirse y por obedecer
a la ley natural de conservación de la
especie. La estructura total del organismo es
la suma algebraica del sistema eléctrico de los elementos que
constituyen los diversos órganos y
aparatos que tienen relación con la masa
gravitatoria. El conjunto de todos estos pequeños procesos eléctricos es un
solo campo electromagnético con sus polos
norte y sur y sus líneas de fuerza saliendo por los pies y entrando por
la cabeza (Tal como se aprecia en la Fig. 6)
En esta máquina eléctrica viviente, que es el cuerpo de un ser humano,
se encuentra la Cabeza como centro de toda la armazón satelital, en donde se
ubican los más importantes medios de comunicación del organismo con el mundo
externo; es, además, una especie de “centro
de cómputo” en el cual se almacenan las imágenes de aquellos hechos que han
logrado impactar al organismo dando lugar a una reacción como señal de
respuesta. A modo de un dictadorzuelo, la cabeza se erige en un mandamás al dar
las órdenes al organismo por medio de impulsos eléctricos a fin de optimizar el
funcionamiento de las células. El cerebro cumple una labor centralizadora en la
misma forma que el Sol y la millonada de estrellas dominantes del universo al
recepcionar los mensajes que se originan en puntos distantes de los componentes
del cuerpo. Esta particularidad del organismo viviente, a mi entender, es lo
que lo convierte en un ser “egocéntrico” que, a su vez, va a dar
origen a la descomunal familia de los
ególatras. El primero en mencionar por escrito el “antropocentrismo” del hombre fue Galileo Galilei, a raíz del
primer foro internacional que se produjo
en el planeta a raíz de la discusión sobre la legitimidad de las leyes
de Ptolomeo y Copérnico. Por aquel entonces se sabía que, desde la época
de Aristóteles, la Tierra, inmóvil, era el centro del sistema
planetario y que el Sol y los otros planetas giraban a su alrededor, de acuerdo
a las leyes descubiertas por el astrónomo Keplero. La creatividad egocentrista
del hombre llegó hasta tierras muy lejanas al concebir por intermedio de Linneo
un Reino aparte, como única especie; dejando a los otros seres encasillados en
los Reinos Vegetal y Animal.
La estructura satelital
también hace del hombre el “animal
dominante por excelencia”, tal como lo pinta su historia; y por ella
sabemos que la evolución del hombre no es otra cosa que la historia de su
carácter dominante que empieza con la formación del clan y termina con el
imperialismo de las naciones. Al hablar de dominación es hablar de esclavitud:
En el Sistema Planetario Solar el Sol es el agente dominante, los planetas son
los esclavos y los demás habitantes de los planetas vienen a ser los esclavos de
los esclavos del Sol. El hombre es por naturaleza un esclavo de su propio
entorno y la libertad circunstancial sólo existe en él en la medida que sea
consciente de sus propias ataduras. En un mundo como el nuestro, saturado de
relaciones, no existe la libertad absoluta.
La tercera particularidad
del sistema satelital en el hombre es la “tendencia
integracionista”, que surge como una copia de la forma cómo se han
originado los astros y la materia viva, siguiendo el camino de lo simple a lo
complejo, de las partes al todo y, en cierto modo, como una contradicción a la
soledad que produce la debilidad individual y lo convierte en pasto que
pisotean los más poderosos. La integración es el pueblo unido que jamás será
vencido; es la unión de naciones que enfrenta y pone en jaque las agresiones
del imperialismo; es, en suma, una liberación que conduce a la verdadera
justicia social en donde el hombre adquiere el derecho de saciar su sed,
satisfacer su apetito y a vivir en un plano de igualdad con los otros hombres. La
integración es, finalmente, el antónimo de la estructura satelital de la
naturaleza por la cual se pretende la
“unión que hace la fuerza” y propende
que, en una sociedad clasista, llegado
el momento del profundo cambio, “el pueblo unido es siempre invencible”.
III
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