TUMBES ENTRA EN CRISIS A RAÍZ DE SU HISTORIA
¿Es Verdadera o Falsa la Batalla de los Manglares?
Nota: Este punto de
la Historia de Tumbes es sumamente importante porque se encuentra ligado a
otros conceptos que se tienen como ciertos, tal es el caso de la “heroicidad de
Chilimasa” y la gran masacre de Pizarro en Tumbes.
Relación de las acciones en el bando español antes del
hecho en referencia:
“A los trece días
de navegación la armada acodera en Coaque con el fin de reabastecerse de
alimentos; luego, merced a los fuertes vientos, las naves fueron arrastradas
hasta la isla de los lampunaes (Isla de Puná). Llegado aquí el Comandante
Pizarro, toma información de la guerra sostenida por los isleños con los
tumbesinos y de loa existencia de más de ochocientos rehenes”. El gobernador de
la isla era el señor de Tumbala que, antes de la llegada de los españoles,
había combatido a Chirimasa destruyéndolo implacablemente y quemando la
ciudadela. Recibe a Pizarro con frialdad y hostigamiento, el cual responde con
tanta crueldad y saña que los mismos camaradas se sorprenden; su sobrino, el
escritor Pedro Pizarro describe esta carnicería del modo siguiente: “… la
terrible mortandad que los españoles hicieron a los de la isla de Puná”. El
Gobernador da libertad a los seiscientos tumbesinos que aún quedaban y decide
llevarlos de regreso a su tierra como un presente para el Cacique Cacalami, por
la magnífica y amable atención que le brindara en el primer encuentro.
La Isla
Puná
Relación
de las acciones en el bando tumbesino antes del hecho en referencia:
“Antes de que se
produjeran los hechos de la conquista española – según mi obra histórica -, los
guerreros de la isla de Puná al mando del Cacique Tumbala y los guerreros de la
ciudadela Tumbe, con su cacique Chirimasa, se encontrabas luchando en todos los
flancos. Según Cieza de León,… la Puná
tenía recia guerra con Túmbez, y el Inca había mandado cesar las contiendas y
que le recibiesen en la Puná, lo cual Tumbala sintió mujcho, porque era señor
de ella. Se trataba del Inca Huaina Capac que había hecho de Tumbe su lugar
de veraneo y, por lo tanto, trató de hermosear el lugar construyendo un templo,
los Conventos y la Calzada; después de su muerte en 1525 los enfrentamientos se
reanudaron, con un Tumbala deseoso de lavar la afrenta recibida”.
La
fuente histórica de la que se apoyan ambas hipótesis.
Las dos teorías se
basan en la información que proporciona el Capitán y cronista Diego de Trujillo
en su obra intitulada “Relación del Descubrimiento del Reyno del Perú”; pero,
los adeptos a la batalla, sólo se conforman con la primera parte y omiten la
que no les conviene citar. Trujillo estuvo presente en los acontecimientos que
tuvieron lugar en el segundo encuentro entre españoles y tumbesinos, por lo
tanto, es un testigo presencial de los
hechos:
He aquí, nuestro planteamiento:
Al finalizar el verano de 1532 las carabelas anclaron frente a la
antigua desembocadura del río Tumbes, a la altura del estero de la Chepa y
frente a la fortaleza. Para desembarcar los hombres, los caballos, las armas y
otros enseres era necesario el uso de balsas por lo que fueron en su busca y,
en estas circunstancias, los españoles se dan perfecta cuenta de la franca
hostilidad de los naturales y que luego se manifestará en la forma de un boicot
al desembarco. El Dr. Porras afirma que "los de Tumbes, a pesar del
servicio de Pizarro, tratan
de engañarlo. Pizarro envía cuatro balsas ofrecidas por los indios conduciendo
los equipajes de Hernando y de los Oficiales Reales. Con ellos se dirigen a
Tumbes Alonso de Meza, Antonio Navarro, un Riquelmes, Andrés Bocanegra y Juan
de Garay. Al llegar a tierra los indios matan a los tres últimos, en tanto que
Meza y Navarro se esconden en un estero" A esta escaramuza el cronista Diego de
Trujillo, testigo presencial de estos hechos, ha llamado "asonada" y
algunos historiadores contemporáneos la
han denominado la "Batalla de los Manglares" siendo el héroe de la resistencia el
cacique Chirimasa.
En realidad, el verdadero encuentro entre
españoles y tumberos tuvo lugar en un fortín indígena a la altura de lo que hoy
es Rica Playa, a 10 leguas de distancia de los manglares. Un testigo presencial
del encuentro fue el Capitán Trujillo y cronista: En su relación don Diego de
Trujillo, escribe: “Después del intento de hacer fracasar el desembarco de los expedicionarios los indígenas
huyeron por la ribera del río, aguas
arriba; por su lado, Pizarro luego de asentarse al costado de la fortaleza
destruida ordena al Capitán de Soto ir tras los revoltosos y yo fui con él
y cercamos a los indios como veinte leguas de Tumbes, y estando
cercados, Cacalami que era el señor de todos ellos se vino de paz con la gente
y volvimos a Tumbes y el Gobernador a nombre de su majestad los perdonó a todos
“ (39) Gracias a la referencia de un
testigo ocular, como lo fue Trujillo, ahora estamos en condiciones de despejar
la duda sobre los hechos acontecidos en 1532 y, a la vez, echamos por tierra
tres de las patrañas existentes en la historia de Tumbes: - La batalla de los
manglares, la heroicidad de Chirimasa y la gran matanza de indígenas hecha por
los españoles. La famosa batalla de los manglares se realiza en un fortín a 20
leguas, río arriba; el jefe que comandaba las tropas indias fue el cacique
Cacalami y Chirimasa es posible que haya muerto en la confrontación con los
lampunaes; y, finalmente, no hubo tal mortandad porque el Gobernador los
perdonó a todos, en nombre de su Majestad. Así nos lo informa el Capitán
Trujillo, testigo presencial de los hechos” (Historia de Tumbes)